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Ep 4. La Culpa al Descansar

A pesar de que vivimos en medio de una pandemia que nos ha obligado a encerrarnos y descubrir lo que es el teletrabajo, nos encontramos en una época caracterizada por la rapidez, hiperproductividad y la obsesión por ser exitosos. 

Adherirnos a estas realidades, de manera consciente o no, involucra someternos a estar estresados permanentemente. Estar bajo una presión constante y con la idea de que no importa cuánto hagamos para ser suficientes en materia laboral, fácilmente nos llevará a sentirnos culpables por descansar.

Esta forma de pensar es una distorsión de la realidad, lo que hace instalar la intranquilidad cuando no se acatan los mandatos de la productividad. En el fondo, pensar así solo confirma un discurso impuesto que termina normalizándose al sentir culpa por descansar.

Frases como “el tiempo es oro” y “optimizar los ratos libres”, entre muchas otras, no tienen nada de inocentes. Apuntan, básicamente, a un discurso que busca mantenerse valiéndose de todas las herramientas a su alcance para conseguirlo.

Las razones de esto radican a que existe un mandato internalizado: que el tiempo siempre debe “aprovecharse haciendo algo útil”. Por suerte, también hoy en día comienza a reconocerse que esa productividad a ultranza no es lo más adecuado, especialmente cuando pasamos más tiempos con nuestras familias por la pandemia.

Una persona siente culpa por descansar cuando cree que está trasgrediendo una norma “sagrada”. Hay que analizar que las reglas son legítimas cuando contribuyen al bienestar. De lo contrario, lo que opera es una obediencia ciega y autodestructiva, que es necesaria volver a planteársela si es que nos está afectando diariamente. 

De igual forma, no es extraño que se trabaje más de la cuenta para poner un manto sobre otros aspectos de la vida. Si otras dimensiones no funcionan bien, estar ocupados todo el tiempo ayuda a eludir un cara a cara con aspectos incómodos de la existencia.

El peso del entorno

Lo que en una cultura puede ser considerado una falta, en otra no, al igual como ocurre con el contexto social, político o familiar. Para decirlo de otra forma, una norma es solo un punto de vista respecto a algo, pero no es el único ni necesariamente el mejor.

De ahí la necesidad de ser críticos frente a este tipo de normativas, profundizar en su sentido, su necesidad y su valor. En la actualidad, se conoce como ocio creativo a toda actividad motivada por un interés personal de crecer al margen del ámbito laboral.

En la Grecia Antigua consistía en el tiempo empleado, especialmente por filósofos para reflexionar en torno de los temas importantes de la vida. Estos incluían aspectos relacionados con la sociedad, el arte, la salud o la política entre otros.

De otro lado, está demostrado empíricamente que cuando alguien responsable hace uso de su libertad se obtienen los mejores resultados. En otras palabras, lo ideal es actuar con autonomía y no por el condicionamiento de miedos o prejuicios.

 

Un círculo vicioso que se multiplica

La Organización Mundial de la Salud clasificó al estrés como “una verdadera epidemia del presente siglo”. Esto se puede explicar, en parte, porque la idea de estar permanentemente ocupados se convirtió en una conducta obsesiva. Equivocadamente, creemos que seremos mejores si aplicamos esta regla.

Algunas personas no solo se exigen a un nivel fuera de lo común, sino que esperan que los demás también lo hagan. A esto se suma el hecho de que hasta la forma de descansar se ha estandarizado y reglamentado. La recomendación es hacer un alto y darse la oportunidad de estar solos, realizando actividades simples que saquen de la angustia que también acarrean las cuarentenas. 

De lo contrario, este comportamiento compulsivo tarde o temprano lleva a un sentimiento de infelicidad y a un estrés continuo. Algunos estudios muestran que más de 70 % de las personas renuncian a socializar en físico porque prefieren estar haciendo algo “productivo”.

Dejar de sentir culpa por descansar

La frenética carrera por alcanzar la “perfección” hace olvidar que el descanso es necesario para preservar la salud física y mental. Se llega a sentir culpa por descansar debido a que prima el fetiche asociado con ganar dinero incluso durante el tiempo libre.

Los expertos señalan que el descanso es una condición previa de la creatividad y necesaria para ser realmente productivos. Adicionalmente, exaltan las bondades de practicar la meditación y la de entrar en contacto con entornos naturales.

Una siesta o un rato de meditación permite acceder a una nueva forma de observar el mundo y estar en él. Cuando una persona se obliga a seguir trabajando de largo para no sentir culpa por descansar, su rendimiento disminuye.

Si no te tomas un tiempo para ti, de la mano llegará el agotamiento, como resultado de sobrepasar los límites razonables. Descansar es una necesidad biológica y psicológica para poder realizar cualquier actividad y es la única manera de equilibrar las cargas que conlleva el día a día.

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